En la industria alimentaria, el uso de materiales adecuados para el transporte y almacenamiento de productos perecederos es clave para garantizar la seguridad, la higiene y la eficiencia en toda la cadena logística. En este contexto, los palots de plástico se han consolidado como una de las mejores soluciones para el sector, ofreciendo ventajas técnicas, normativas y funcionales frente a otros materiales tradicionales como la madera o el metal.
Cumplimiento de normativas sanitarias
Uno de los principales beneficios de los palots de plástico en la industria alimentaria es su capacidad para cumplir con los requisitos higénico-sanitarios exigidos por organismos como la UE, la FDA o las certificaciones ISO:
Son impermeables y no porosos, por lo que no absorben líquidos ni retienen olores o bacterias.
Se pueden lavar y desinfectar con facilidad, incluso mediante procesos automatizados.
Su superficie lisa evita acumulaciones de suciedad y facilita el mantenimiento constante de la higiene.
Están fabricados con materiales plásticos aptos para contacto alimentario, como el HDPE (polietileno de alta densidad).
No generan astillas ni residuos, lo que evita contaminaciones cruzadas y mejora la seguridad en ambientes de manipulación alimentaria.
Conservación de productos perecederos
Los palots plásticos están diseñados para proteger frutas, hortalizas, carnes, pescados y otros productos frescos durante su transporte y almacenamiento:
Existen modelos rejillados que permiten la ventilación del contenido, evitando la acumulación de humedad y prolongando la frescura.
También hay modelos cerrados, ideales para productos más delicados o que requieren protección adicional.
Su resistencia estructural permite apilar palots cargados sin deformarse, maximizando el espacio en cámaras frigoríficas o almacenes.
Pueden utilizarse con sistemas de volteo mecanizados, gracias a sus patines adaptados para carretillas elevadoras.
Mantienen la temperatura interna por más tiempo, ayudando a conservar las propiedades organolépticas de los alimentos.
Ventajas logísticas y operativas
La industria alimentaria demanda soluciones logísticas que faciliten la trazabilidad, la eficiencia en la carga y descarga, y la reducción de costes operativos. En este sentido, los palots plásticos ofrecen:
Identificación mediante colores o etiquetas, facilitando la clasificación por tipo de producto, origen o destino.
Larga vida útil gracias a su resistencia a impactos, humedad y productos químicos.
Menor peso que los contenedores metálicos o de madera, lo que reduce el consumo energético en transporte.
Posibilidad de fabricación con material reciclado, contribuyendo a los objetivos de sostenibilidad de la empresa.
Reducción de costes por roturas, sustituciones o mermas.
Compatibilidad con sistemas de paletización automática y logística robotizada.
Conclusión
Los palots de plástico representan una solución moderna, segura y eficaz para las necesidades logísticas de la industria alimentaria. Su cumplimiento normativo, su capacidad de conservación, su resistencia y su versatilidad los convierten en una apuesta ganadora para cualquier empresa que busque mejorar sus procesos de almacenamiento y transporte de productos frescos.
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